Vainilla II

Había una cola enorme, pero tras esperar conseguimos entrar en la sala. Al poco tiempo estaba haciendo otra cola para descargarme peso y calor del cuerpo. Tras unos empujones, una música horrible y pechos por todos lados conseguí dejar los bártulos en el perchero. Por fin pude ir a por una bebida que me refrescara el espíritu y nublara mi mente... sucia.

Al cavo de unas horas, no sabría decir si dos o cuatro, me enteré de que ella estaba allí, en el mismo sitio que yo. Las luces parpadeaban y las mariposas vestidas de gala bailaban entre esos rayos verdes, azules y rojos. En cuestión de minutos, tras vaciar el depósito apareció ella y mi mente pasó a modo manual.

Era una mariposa azul que no dejaba nada a la imaginación. ¿Porqué se acerca tanto? Pero ya conocía la respuesta. Al poco tiempo estaba bailando con ella diciendo tonterías y pensando en la próxima copa. La noche pasó como un mal sueño del que no sabes que cuando despiertes te encontrarás mal.

Tras tres o cuatro horas más llegué a su casa. Hablé con ella de cosas de las que no se deben hablar. Mas tarde me llamaría cretino. Subí en el ascensor.

De vuelta a casa embozado en el abrigo no se si negro, no se si azul, pensaba que el tiempo es circular, tal vez el tiempo absoluto desde una perspectiva humana puede ser lineal, pero a una corta distancia, a una distancia tangible como un pecho enorme, el tiempo es circular. Tal vez por eso esté condenado a cometer los mismos errores. Tal vez debería de ir mas lejos y buscar un radio mas grande.

Definitivamente no me gustaba ese odioso olor a vainilla.