Sé Friki

jueves, 30 de abril de 2009

Amigos y esas cosas


Hay que esforzarse, si no te esfuerzas estas perdido. Yo siempre digo que soy el mejor amigo que alguien puede tener, y no es una fanfarronada, es cierto: Soy la ostia. Así de simple. Me han llamado muchas cosas, pero que muchas, hasta una vez me llamaron pichafloja, pero nunca me han llamado aburrido o mal amigo.

Y es porque me esfuerzo en buscar gente que me merezca y les hago un poquito mas feliz y divertida la vida y ellos me la hacen a mi.

Pero hay gente que no. No se esfuerza en comprender a los demás y se quejan porque ni los comprende, ni le comprenden. Que terminan encerrándose en si mismos y exteriorizan una apatía por la vida. Gente que cuando alguien intenta ser simpático con él o ella sin ninguna razón, o con razón, eso no importa, él o ella se lo ponen realmente difícil. Hay quien diría, algún idiota, claro, que esa gente tiene que abrir su corazón a los demás. Yo digo que esa gente son imbéciles. Unos ineptos de la vida. Se relamen en sus miserias de mierda pensando en sus problemas, pensando que sus problemas son cosas serias. Los problemas de los demás también son cosa seria, para cada uno su vida es la mas importante, pero no por ello eres un borde de mierda.

No digo que haya que hacer amigos a cualquier precio, yo no lo hago, pero ser un capullo a cualquier precio, tampoco es una buena posición.

Ingeniero


¡Que bien me sienta el casco y el chaleco reflectánte!


miércoles, 29 de abril de 2009

Buena vida


El viento le golpeaba el rostro bronceado por las largas horas de sol plantado frente al mar. Pasaba las horas esperándola mientras las olas subían y bajaban en series que convergen al infinito.

Tenía una furgoneta que le servía de casa, un perro llamado Roberto. Pocas posesiones mas tenía; un poco de ropa vieja, un par de bañadores y una Pukas 6'2'' firmada por Peter Daniels.

Se dedicaba a buscarla por el mundo, de un lado para otro. Escuchaba rumores de que podría estar aquí o allá, y seguía esos rumores como el que caza moscas con palillos: sin resultados.
Visitaba cada una de las casas, cada una de las camas, cada uno de los aseos donde decían que estaba, pero solo encontraba una mierda flotando en el agua.

Pero era feliz, no necesitaba a nadie, porque el mundo le pertenecía, iba donde quería y comía lo que le apetecía. No era religioso, no por convicción o decisión, si no por omisión del pensamiento. Simplemente era algo que no le interesaba.

Lo hacía con muchas otras, muchas, pero ninguna lo convencía. Podía tener orgasmos muy intensos, pero no era lo mismo. No le llenaban el corazón. La ola perfecta es como una amante esquiva.

martes, 28 de abril de 2009

Rumberos


Víctor y yo hemos creado un blog de dirección http://rumberosurf.blogspot.com/

En el contaremos nuestras experiencias gays en la playa y pondremos fotos nuestras mientras nos bañamos eróticamente en el mar.

¡Saludos!

viernes, 24 de abril de 2009

Azul de bombardero


Escucho el latir de la ciudad. Los coches se arrastran por el asfalto. Los meses son para gente odiosa. En las noches de abril. La brisa entra por la ventana para fumadores.

Me esto enamorando, mi madre diría que me estoy enchochando, pero creo, que es amor. O un coño, no estoy seguro. Cuando no se de que hablar hablo de ella, y cuando la conversación sigue un camino cualquiera cambio, sin sutileza, de tema para hablar de ella. Ella, ella, ella. Cambio de tema.

Me volví a encontrar con ella, el cabronazo de Don M se la trajo. Bajo su brazo entró en el local con una sonrisa de mil perlas falsas, como circonitas, y la cabeza me dio vueltas, como cuando te acuestas borracho perdido y todo gira menos tú a tu al rededor. Así estaba. ¿Pero que coño? pensé, ya lo tengo superado, ¿no?

Nunca se supera, nunca, siempre están allí, no sabes por que, pero siempre están, acechándote para amargarte la vida con un pestañeo. Su ojos, le sacaría sus ojos. En esos momentos entiendo a todos esos retrasados que matan a sus mujeres por despecho, por dejarles, por no aceptarles, por poner su mundo en juego es pos de un fulano de ojos verdes, nariz perfilada y camisa planchada. Los comprendo.

Mi vida por un beso vuestro, joven u olvidada dama.

lunes, 20 de abril de 2009

Lalalala

Es una de esas canciones para escuchar cuando vuelves por la noche a casa, cansado y tal vez borracho. Tu cama está vacía y llena de nadie. Un calcetín solitario asoma tímida su cabeza de lana. Nadie te espera y en parte prefieres que sea así, porque si no, no podrías escuchar esa canción y lamerte las heridas de tu resignada vacuidad.

Canción

Medicación


-Doctor, he vuelto a soñar con ella
-¿Otra vez?
-Si otra vez
-Creí que esa fase ya la tenía superada. ¿Qué ocurría en el sueño?
-Estaba en la cocina de mi casa, con mis amigos, derrepente Vicente entra en la sala diciendo que la ha visto. Todos comienzan a hablar de ella
-Continúe por favor
-Comentan lo guapa que está ahora y la maravillosa vida que se ha sacado del bolsillo. Yo no se porqué no puedo hablar. Intento entrar en la conversación para cambiar de tema, pero soy incapaz de articular palabra alguna. Después de escuchar cuan interesante y feliz es su vida me despierto

Estaba sentado en uno de esos sillones, divanes, creo que se llaman, de loquero. La habitación era mas marrón que el resto de habitaciones y por la ventana entraba una postal de un día gris sin lluvia, todo enmarcado de verde norteño. Cientos de libros que solo sirven para aparentar envolvían la habitación, se preguntaba si realmente habría hojas dentro de ellos.

-¿Qué ocurre al final del sueño?
-Que me despierto. No puedo soportar la angustia de vivir ese momento
-Si en el sueño, a la señorita, las cosas le hubieran ido mal en vez de bien, ¿usted se encontraría mejor?
-No creo, ella conseguiría que la suciedad del mundo resplandeciera tanto que al mirarla me dolieran los ojos. Hasta sus miserias podrían conmigo
-Ya sabe usted que esa señorita no existe, ¿no? Y que sus amigos tampoco. Todo son fantasías suyas
-Pero es tan real
-Ese es el problema. Por ahora comenzaremos con subirle la dosis de la medicación
-Mas drogas para olvidar. Qué ironía

Volvió a su habitación acompañado por dos grandes enfermeros, que mas que pinchaculos parecían porteros de discoteca. Al rato lo sacaron a pasear y lo sentaron en un banco, a que contara los pájaros.

jueves, 16 de abril de 2009

Cuidate


Cuidado con lo que no haces. Cuidado con lo que no dices. Cuidado con lo que no piensas. Cuidado con lo que no comes. Cuidado con lo que no bebes. Cuidado con lo que no lloras. Cuidado con lo que no ríes. Cuidado con lo que no miras. Cuidado con lo que no tocas. Cuidado con lo que no deseas. Cuidado con lo que no sueñas. Cuidado con lo que no escribes.

miércoles, 15 de abril de 2009

El bando de la huerta 09


Me junté con unos colegas de Don M de su pueblucho y fletamos un carro del carrefour con 110 latas de cerveza. Yo salí de casa a las 12 sin desayunar y con el arma cargada. Hacía un día estupendo, ni una nube en el cielo y todo el mundo vestido de cateto, pero que me maten si no molaba. Las chicas con refajo me vuelven loco, esos labios de rojo tan intenso, esos claveles, esos escotes.

La primera cerveza subió hasta mi cabeza como un torrente de oro y burbujas. La segunda la siguió, y la tercera y todas las demás. Cada vez hacía mas calor y cada vez bebía mas. La gente llegaba y llegaba y la chica con un ancla roja en el pecho y gafas de corazones se volvió lesbiana. Y seguí bebiendo, y bebiendo, y bebiendo.

Anocheció y me fui con unos amigos a un bareto en el que hubieron dos peleas y me perdí las dos. Me contaron que un negro cogió una jarra de cerveza y se la rompió a otro de esos espaldas mojadas en la cabeza. Un charco de sangre se esparcía por debajo de la mesa de billar. Conocí a un tío, ni le pregunté su nombre, y fuimos a por drogas. Nos metimos en un edificio de gitanos, el pápa y la máma tocaban la guitarra junto a la fragoneta. De buena calidad, aunque menos cantidad de la que me tendría que haber pagado. Todo cayó en unas 3 horas.

Me fui a otro bareto, la boca del lobo, allí mantuve una charla con un viejo sobre el problema de la juventud junto con los teléfonos móviles. El pensaba que Hitler no era tan mala gente.

Estaba sonando Fear of the Dark y yo, sentado en un taburete agarraba mi copa con fuerza, intentando pensar con claridad, todos esos estupefacientes me nublaban el juicio. En algún momento tendría que volver a mi casa. Entonces apareció ella, vestida de huertano con el pelo largo y negro, labios rojos como corazones de vaca y con un kalimotxo en la mano, se acercó a la barra, se tropezó y me mojó de púrpura los zaragüeles.

Me dijo que lo sentía. Yo no podía responder, estaba muy pasado, a años luz de allí. Me dijo que cuantos años tenía. Le dije que 21. Ella tenía 30, pero no podía saber si me decía la verdad o no, solo podía ver su escote y tampoco estaba para ponerme a pensar. Me dijo que era muy guapo y yo soy muy vanidoso. Lentamente le di una calada al porro mientras perfilaba con mi mirada su boca de carmín. Me lo quitó de los labios y lo tiró al suelo. Menudo beso, casi me caigo del taburete.

Me llevó a su casa, no vivía lejos de allí, y me hizo esas cosas que solo las chicas de 30 saben hacer. Odié el ir tan quemado. Las drogas no son para todos los momentos. En verdad no te hacen sentirte mas vivo o apreciar la realidad de una forma mas intensa. En el sexo, cuanto menos lleves encima puesto, mejor.

Me fui dando tumbos de vuelta a casa. Borracho y sucio, caminé entre iguales, entre una ciudad sumida en la mierda. Cuando llegué a casa me acosté y dormí como un bebe.

lunes, 13 de abril de 2009

domingo, 12 de abril de 2009

La lesbiana salida


Era descaradamente perfecta, una entre mil millones de hembras. Tenía todo lo que un hombre podía desear y todo lo que una chica podía envidiar, tanto corporal como mental: Era una magnífica guarra. La peor pesadilla de la novia mas celosa.

Se llamaba Fernanda, aunque muy pocos conocían su nombre. Venía de una familia tan normal y tan corriente que servía como comprobación de los estudios de la población. A los 18 años se fue de su casa a estudiar fuera una carrera de mierda, la más fácil que encontró, no recuerdo si era periodismo, psicología o alguna otra. En cualquier caso supo como aprovechar el tiempo.

Le gustaba vestir a la moda y llevar zapatos de tacón corto. Tenía el pelo negro y los ojos azules como el hielo. En la nariz tenía un pequeño aro de plata a modo de adorno. Los pechos mejor no los comento.

No sabía porque era así, porqué era capaz de hacer lo que nadie se atrevía a hacer. Pero le encantaba.

Una noche me contó que se encontraba en un bar, un sitio feo lleno de chicos tontos y chicas guapas, largos escotes y cortas faldas. Chicas por las que matarías a tu madre. Ella estaba sola en la barra bebiendo, era un poco rara, no le gustaba tener amigos, solo gente de una noche. Vio como una chica delgada y alta, de pelo rizado castaño claro entraba, contoneándose, en el antro, como se dirigía al cuarto de baño. Fernanda apuró su copa, wisky cola, y se fue tras ella. Justo antes de que la puerta del cuarto de baño se cerrara puso el pie, la abrió, y allí estaba una perfecta desconocida mirándola con cara de sorpresa. Sin mediar palabra Fernanda se acercó a ella y la empujó a la pared, le plantó un beso y le agarró el trasero mientras la desconocida se miraba a si misma en las pupilas de la lesbiana salida.

Fernanda le subió la falda y metió su mano helada dentro de sus bragas, la otra chica se resistió, pero de poco le sirvió. Fernanda volvió a isnstir mientras le mordía la oreja y la desconocida se dejó llevar. Esas caricias tan húmedas fueron tan precisas que en cuestión de segundos la Sorprendida tuvo un orgasmo tan incontrolado que se meo encima. Fernanda le sonrió y se fue.

-Son las dos y media de la noche, ¿a que has venido a mi casa?
-Vengo de beber algo. No me mires así Jose, haces que me sienta mal por despertarte.
-Hay que joderse.
-Mira, ven, hueleme los dedos.
-No te los voy a oler. Ya lo has vuelto a hacer, has vuelto a meter la mano donde te ha dado la gana.
-La chica disfrutó tanto que se meó encima, fue estupendo.
-Aun no se porque siempre me cuentas estas cosas.
-Porque me gusta joderte.
-No, no, si te gustase joderme ya me habrías follado. Lo que te gusta es despertarme para cabrearme.
-Si, me gusta ver como te enfadas. Cuando te cuento como follo con alguien pones esa carita de resignación que me pone a mil. Ahora la estás poniendo.
-Creo que voy a suicidarme.
-Si fueras hombre me estamparías contra la pared, me estirarías del pelo y harías que me corriera como un volcán en erupción.
-Podría hacerlo.
-Pero no lo harás.
-Algún día te llevarás una sorpresa.
-¿Me puedo quedar a dormir?
-Si, claro, vete a mi cama, yo dormiré en el sofá.
-Eres un cielo, gracias.
-Déjate de besos y de gracias y vete a dormir, mañana madrugo.


jueves, 9 de abril de 2009

¬¬

No lo hagas. Se que vas a leer esto.

La noche era naranja y la gente estaba borracha, yo me puse a su altura. Esas chicas se ríen de mi por las idioteces que suelto por la boca. Siempre me han perdido estos labios. Llego a casa y me encuentro el correo.

No se si quiero enamorarme, sabes, siempre digo que quiero una novia, pero no digo que quiera el amor. Soy un buen novio, digo lo que quieres oír, siempre, y el sexo se me da bien, pero no se si quiero querer a alguien. Solo quiero quererme a mi mismo, por las mañanas soleadas. Pero, amar a alguien mas... No soy una buena persona. Yo no tengo amigas, no las tengo. Nunca las he tenido ni pienso tenerlas. Quiero hacerte el amor y conseguir que te olvides de la razón por la que tu madre te parió.

¿Qué vas a hacer cuando nos veamos? Yo seguramente haré como si nunca hubiera escrito esto, como si nunca hubiera leído lo que me has mandado todos esos días en los que no hemos hablado, pero he imaginado conversaciones en portales. En verdad soy tímido e inseguro. Me digo a mi mismo que es lo que tengo que hacer pero nunca lo hago porque... porque no puedo.

El mundo está lleno de gilipollas. Los hay a raudales. En cada esquina, en cada casa, hay un cretino esperando para importunarte. Pero una de las reglas no escritas es no decirle cuan imbéciles son, porque terminarás solo. Tienes suerte de tener un gato. Yo no tengo mascotas, mi madre odia a los bichos, algún día tendré a un zapato que le llene de pelos la cama, pero por ahora me tengo que consolar yo solo en las noches sin luna de Abril.

No pienso buscar una foto. Buenas noches, se que es una mierda de entrada... pero no doy mas ahora. Unas chicas que ni veía desde hace años ni nada, me han criticado a escondidas a saber Dios porqué. Pero me da igual, al final todos morimos, justos o pecadores, tú y yo incluidos, hay una bala con nuestro nombre ahí fuera, blam, blam, y rodeados de un charco escarlata agarrados de nuestros sexos suspiraremos que nunca, nunca, nunca, lloramos ni lloraremos por aquello que nos hacía levantarnos cada mañana de invierno sin nieve y con lluvia.

Gracias Párraga, hacía mucho tiempo que no recordaba.

miércoles, 8 de abril de 2009

Gafapasta


Me faltan las gafas de pasta, pero el corte de pelo ya lo tengo.

lunes, 6 de abril de 2009

El misterioso caso de la gorda guapa

Este resumen no está disponible. Haz clic en este enlace para ver la entrada.

Como me jode esperar


Aguantar, permanecer hasta que llegue, aguardar.

Es tarde y no ha aparecido, hace largo tiempo ya que la hora acordada pasó y David sigue ahí, esperando. Se siente estúpido ahí plantado, apoyado contra una farola que no funciona. La gente camina por delante de él, unos pocos lo miran de reojo, unas pocas lo miran a los ojos, pero él aparta la mirada, es algo tímido y no es capaz de aguantar la emoción que le producen esos ojos de mujer borracha.

Anochece y aun no ha llegado. David mira el reloj cada vez con menos impaciencia y mas resignación. Hace frío y no moverse provoca que se le enfríen los huesos. La gente sigue pasando, está en el centro de la ciudad, una calle llena de tiendas, de restaurantes y de bares, pero él ya no les presta atención. ¿Porqué tardará tanto en llegar? ¿Le habrá pasado algo? ¿Se habrá olvidado de mi?

Se ha sentado en el bordillo de la acera a esperar, le dolían las rodillas de estar ahí parado, podía sentir como envejecía a cada segundo, creía haber notado el momento en el que las células empiezan a no multiplicarse, el momento en el que empiezas a morir. Agacha la cabeza porque le duele el cuello de tanto girarlo para ver si llega, estira el brazo porque se le había quedado dormido. Una anciana le da una moneda.

Tumbado en los adoquines ha recordado cada momento de su vida, contando los buenos momentos y los malos también. Es extraño, pero los malos momentos los recuerda como buenos, le hacen gracia, los buenos momentos los deja pasar, ahora los echa de menos, le entristecen y los añora. Pasaron de largo y él no se fue con ellos. Se da cuenta de que en verdad su vida está hundida en la monotonía gris. Hizo muchas cosas, hizo siempre lo que quiso, pero eso no le dio a David plenitud en la vida, no le dio sentido, tampoco cree que encerrarse en un monasterio a rezar y meditar de a la vida de alguien ese valor que no conoce. David se pregunta que hay que hacer para que esperar no sea tan duro.

Empieza a nevar. Lentos copos blancos como los rostros de los muertos descienden lentamente como la mas guapa princesa que, despacio, baja las escaleras hasta el baile. David sigue sin moverse, la nieve empieza a cubrirle el cuerpo y él se saca un cigarrillo, pasa una cerilla por la lija y comienza a fumar. Ya no le importa el frío, solo quiere que llegue ya y se pueda marchar de ahí.

Al fin aparece. Es un tipo que viste elegante traje gris marengo de dos botones, calza zapatos negros de linea inglesa y no lleva corbata. Se inclina hacia David, con su mano enguantada en piel de cocodrilo le quita la nieve del rostro al tonto cubierto de blanco. Por fin apareces cabrón tardón -le dice David- me has hecho esperar mas de la cuenta. El Esperado con una fina sonrisa saca una pistola negra y pone una bala en el corazón de David. La espera ha terminado -le dice- todo llega amigo, todo llega.

jueves, 2 de abril de 2009

Aquellos maravillosos 70

"Las pelis de terror calientan mas a las chicas que el porno"

Kelso

miércoles, 1 de abril de 2009

Directo al corazón


No podía verla. Cuando veía sus fotos recordaba lo guapa que era, sus ojos verdes unos días, negros el resto: Se cabreaba, odiaba recordarla. No la amaba, ya no, eso hace tiempo que pasó, lágrimas de sal y mucho esfuerzo habían transformado el sentimiento del amor en el de la frustración, como cuando te masturbas y no puedes correrte, solo que ahora no puedes terminar el trabajo mas tarde. Si la veía en persona no podía ni respirar. No sabía muy bien si el corazón se le aceleraba o se le paraba, y no podía articular palabra, sabía que tenía que intentar ser simpático, como si nunca hubieran hecho el amor toda la noche y nunca hubiera contado todas las pecas de su cuerpo, pero un cúmulo de malos sentimientos se mezclaban con la nostalgia, y eso le impedía actuar con normalidad. Lo que mas le jodía era que ella lo sabía. Era un libro abierto para sus ojos ahora azules.

Aun no sabe muy bien porqué le dejó. Recuerda que fue en un callejón mojado por la lluvia y los meados, le dijo hola y adiós y todo su castillo de naipes se derrumbó por causa de un suspiro. Solo quedó boca arriba la reina de corazones descojonándose de él. Que me corten la cabeza, pensó él, pero el verdugo estaba de baja, también lo había apuñalado por la espalda una chica guapa.

A veces se sorprende buscando su cara en el gotelé de la pared y recordando como era. Intenta distraerse de esa idea, pero no puede. Ha probado de todo. El mes pasado el chico se hizo una lobotomía frontal con una máquina de clavos -un clavo saca otro clavo- pensó, pero ese clavo solo hundió mas el otro. Ahora pasa los días internado en una institución de color blanco enfermizo y lo único que hace es dibujar la cara de ella en cualquier lienzo que encuentra.