Sé Friki

domingo, 12 de abril de 2009

La lesbiana salida


Era descaradamente perfecta, una entre mil millones de hembras. Tenía todo lo que un hombre podía desear y todo lo que una chica podía envidiar, tanto corporal como mental: Era una magnífica guarra. La peor pesadilla de la novia mas celosa.

Se llamaba Fernanda, aunque muy pocos conocían su nombre. Venía de una familia tan normal y tan corriente que servía como comprobación de los estudios de la población. A los 18 años se fue de su casa a estudiar fuera una carrera de mierda, la más fácil que encontró, no recuerdo si era periodismo, psicología o alguna otra. En cualquier caso supo como aprovechar el tiempo.

Le gustaba vestir a la moda y llevar zapatos de tacón corto. Tenía el pelo negro y los ojos azules como el hielo. En la nariz tenía un pequeño aro de plata a modo de adorno. Los pechos mejor no los comento.

No sabía porque era así, porqué era capaz de hacer lo que nadie se atrevía a hacer. Pero le encantaba.

Una noche me contó que se encontraba en un bar, un sitio feo lleno de chicos tontos y chicas guapas, largos escotes y cortas faldas. Chicas por las que matarías a tu madre. Ella estaba sola en la barra bebiendo, era un poco rara, no le gustaba tener amigos, solo gente de una noche. Vio como una chica delgada y alta, de pelo rizado castaño claro entraba, contoneándose, en el antro, como se dirigía al cuarto de baño. Fernanda apuró su copa, wisky cola, y se fue tras ella. Justo antes de que la puerta del cuarto de baño se cerrara puso el pie, la abrió, y allí estaba una perfecta desconocida mirándola con cara de sorpresa. Sin mediar palabra Fernanda se acercó a ella y la empujó a la pared, le plantó un beso y le agarró el trasero mientras la desconocida se miraba a si misma en las pupilas de la lesbiana salida.

Fernanda le subió la falda y metió su mano helada dentro de sus bragas, la otra chica se resistió, pero de poco le sirvió. Fernanda volvió a isnstir mientras le mordía la oreja y la desconocida se dejó llevar. Esas caricias tan húmedas fueron tan precisas que en cuestión de segundos la Sorprendida tuvo un orgasmo tan incontrolado que se meo encima. Fernanda le sonrió y se fue.

-Son las dos y media de la noche, ¿a que has venido a mi casa?
-Vengo de beber algo. No me mires así Jose, haces que me sienta mal por despertarte.
-Hay que joderse.
-Mira, ven, hueleme los dedos.
-No te los voy a oler. Ya lo has vuelto a hacer, has vuelto a meter la mano donde te ha dado la gana.
-La chica disfrutó tanto que se meó encima, fue estupendo.
-Aun no se porque siempre me cuentas estas cosas.
-Porque me gusta joderte.
-No, no, si te gustase joderme ya me habrías follado. Lo que te gusta es despertarme para cabrearme.
-Si, me gusta ver como te enfadas. Cuando te cuento como follo con alguien pones esa carita de resignación que me pone a mil. Ahora la estás poniendo.
-Creo que voy a suicidarme.
-Si fueras hombre me estamparías contra la pared, me estirarías del pelo y harías que me corriera como un volcán en erupción.
-Podría hacerlo.
-Pero no lo harás.
-Algún día te llevarás una sorpresa.
-¿Me puedo quedar a dormir?
-Si, claro, vete a mi cama, yo dormiré en el sofá.
-Eres un cielo, gracias.
-Déjate de besos y de gracias y vete a dormir, mañana madrugo.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me cae bien Fernanda.

Chavo del Ocho dijo...

que cancion tan emo

Rwana dijo...

la cancion no es emo, es homo

Anónimo dijo...

No sé por qué pero esta entrada me recuerda a MNC xD

Anónimo dijo...

Vaya un flipao !!!
jajaja