Era descaradamente perfecta, una entre mil millones de hembras. Tenía todo lo que un hombre podía desear y todo lo que una chica podía envidiar, tanto corporal como mental: Era una magnífica guarra. La peor pesadilla de la novia mas celosa.
Se llamaba Fernanda, aunque muy pocos conocían su nombre. Venía de una familia tan normal y tan corriente que servía como comprobación de los estudios de la población. A los 18 años se fue de su casa a estudiar fuera una carrera de mierda, la más fácil que encontró, no recuerdo si era periodismo, psicología o alguna otra. En cualquier caso supo como aprovechar el tiempo.
Le gustaba vestir a la moda y llevar zapatos de tacón corto. Tenía el pelo negro y los ojos azules como el hielo. En la nariz tenía un pequeño aro de plata a modo de adorno. Los pechos mejor no los comento.
No sabía porque era así, porqué era capaz de hacer lo que nadie se atrevía a hacer. Pero le encantaba.
Una noche me contó que se encontraba en un bar, un sitio feo lleno de chicos tontos y chicas guapas, largos escotes y cortas faldas. Chicas por las que matarías a tu madre. Ella estaba sola en la barra bebiendo, era un poco rara, no le gustaba tener amigos, solo gente de una noche. Vio como una chica delgada y alta, de pelo rizado castaño claro entraba, contoneándose, en el antro, como se dirigía al cuarto de baño. Fernanda apuró su copa, wisky cola, y se fue tras ella. Justo antes de que la puerta del cuarto de baño se cerrara puso el pie, la abrió, y allí estaba una perfecta desconocida mirándola con cara de sorpresa. Sin mediar palabra Fernanda se acercó a ella y la empujó a la pared, le plantó un beso y le agarró el trasero mientras la desconocida se miraba a si misma en las pupilas de la lesbiana salida.
Fernanda le subió la falda y metió su mano helada dentro de sus bragas, la otra chica se resistió, pero de poco le sirvió. Fernanda volvió a isnstir mientras le mordía la oreja y la desconocida se dejó llevar. Esas caricias tan húmedas fueron tan precisas que en cuestión de segundos la Sorprendida tuvo un orgasmo tan incontrolado que se meo encima. Fernanda le sonrió y se fue.
-Son las dos y media de la noche, ¿a que has venido a mi casa?
-Vengo de beber algo. No me mires así Jose, haces que me sienta mal por despertarte.
-Hay que joderse.
-Mira, ven, hueleme los dedos.
-No te los voy a oler. Ya lo has vuelto a hacer, has vuelto a meter la mano donde te ha dado la gana.
-La chica disfrutó tanto que se meó encima, fue estupendo.
-Aun no se porque siempre me cuentas estas cosas.
-Porque me gusta joderte.
-No, no, si te gustase joderme ya me habrías follado. Lo que te gusta es despertarme para cabrearme.
-Si, me gusta ver como te enfadas. Cuando te cuento como follo con alguien pones esa carita de resignación que me pone a mil. Ahora la estás poniendo.
-Creo que voy a suicidarme.
-Si fueras hombre me estamparías contra la pared, me estirarías del pelo y harías que me corriera como un volcán en erupción.
-Podría hacerlo.
-Pero no lo harás.
-Algún día te llevarás una sorpresa.
-¿Me puedo quedar a dormir?
-Si, claro, vete a mi cama, yo dormiré en el sofá.
-Eres un cielo, gracias.
-Déjate de besos y de gracias y vete a dormir, mañana madrugo.
5 comentarios:
Me cae bien Fernanda.
que cancion tan emo
la cancion no es emo, es homo
No sé por qué pero esta entrada me recuerda a MNC xD
Vaya un flipao !!!
jajaja
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