-Doctor, he vuelto a soñar con ella
-¿Otra vez?
-Si otra vez
-Creí que esa fase ya la tenía superada. ¿Qué ocurría en el sueño?
-Estaba en la cocina de mi casa, con mis amigos, derrepente Vicente entra en la sala diciendo que la ha visto. Todos comienzan a hablar de ella
-Continúe por favor
-Comentan lo guapa que está ahora y la maravillosa vida que se ha sacado del bolsillo. Yo no se porqué no puedo hablar. Intento entrar en la conversación para cambiar de tema, pero soy incapaz de articular palabra alguna. Después de escuchar cuan interesante y feliz es su vida me despierto
Estaba sentado en uno de esos sillones, divanes, creo que se llaman, de loquero. La habitación era mas marrón que el resto de habitaciones y por la ventana entraba una postal de un día gris sin lluvia, todo enmarcado de verde norteño. Cientos de libros que solo sirven para aparentar envolvían la habitación, se preguntaba si realmente habría hojas dentro de ellos.
-¿Qué ocurre al final del sueño?
-Que me despierto. No puedo soportar la angustia de vivir ese momento
-Si en el sueño, a la señorita, las cosas le hubieran ido mal en vez de bien, ¿usted se encontraría mejor?
-No creo, ella conseguiría que la suciedad del mundo resplandeciera tanto que al mirarla me dolieran los ojos. Hasta sus miserias podrían conmigo
-Ya sabe usted que esa señorita no existe, ¿no? Y que sus amigos tampoco. Todo son fantasías suyas
-Pero es tan real
-Ese es el problema. Por ahora comenzaremos con subirle la dosis de la medicación
-Mas drogas para olvidar. Qué ironía
Volvió a su habitación acompañado por dos grandes enfermeros, que mas que pinchaculos parecían porteros de discoteca. Al rato lo sacaron a pasear y lo sentaron en un banco, a que contara los pájaros.
-¿Otra vez?
-Si otra vez
-Creí que esa fase ya la tenía superada. ¿Qué ocurría en el sueño?
-Estaba en la cocina de mi casa, con mis amigos, derrepente Vicente entra en la sala diciendo que la ha visto. Todos comienzan a hablar de ella
-Continúe por favor
-Comentan lo guapa que está ahora y la maravillosa vida que se ha sacado del bolsillo. Yo no se porqué no puedo hablar. Intento entrar en la conversación para cambiar de tema, pero soy incapaz de articular palabra alguna. Después de escuchar cuan interesante y feliz es su vida me despierto
Estaba sentado en uno de esos sillones, divanes, creo que se llaman, de loquero. La habitación era mas marrón que el resto de habitaciones y por la ventana entraba una postal de un día gris sin lluvia, todo enmarcado de verde norteño. Cientos de libros que solo sirven para aparentar envolvían la habitación, se preguntaba si realmente habría hojas dentro de ellos.
-¿Qué ocurre al final del sueño?
-Que me despierto. No puedo soportar la angustia de vivir ese momento
-Si en el sueño, a la señorita, las cosas le hubieran ido mal en vez de bien, ¿usted se encontraría mejor?
-No creo, ella conseguiría que la suciedad del mundo resplandeciera tanto que al mirarla me dolieran los ojos. Hasta sus miserias podrían conmigo
-Ya sabe usted que esa señorita no existe, ¿no? Y que sus amigos tampoco. Todo son fantasías suyas
-Pero es tan real
-Ese es el problema. Por ahora comenzaremos con subirle la dosis de la medicación
-Mas drogas para olvidar. Qué ironía
Volvió a su habitación acompañado por dos grandes enfermeros, que mas que pinchaculos parecían porteros de discoteca. Al rato lo sacaron a pasear y lo sentaron en un banco, a que contara los pájaros.
2 comentarios:
Que triste :S
EmooOOOOooOOooOOooOooOooooooOOoOOOoOO
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