
Para algunos es ley de vida. De esas cosas que se van aprendiendo cuando tienes dieciséis años o así, uno mas uno menos.
Mi madre solía decir que cada uno tiene lo que se merece. Pepo suele decir que Dios da pan a quien no tiene dientes. Y yo digo que se jodan los pobres y los miserables, aunque eso me incluya a mi. Que se jodan todos, y sobre todo, que se jodan todas.
¿Nunca habéis ido por la calle y habéis visto grupos de chicas, mujeres o señoras, sexys, hermosas o cachondas (como quiera que las llaméis en vuestras aldeas de mierda) y habéis pensado: por que yo no puedo optar a estar entre sus piernas esta noche y el resto de lunas?
Esas chicas, pijas, perfectas en una rápida mirada. Sabes que solo es fachada, como la de un buen garito que solo esta lleno de rabos y engañado vas, de solo mujeres habrá, pero en cierto solo hay penes, y ni con mil años de suerte la metes en caliente.
A mi me pasa amenudo. Incluso el que tenga novia, el que tenga una novia a la que quiera mucho y se lo crea, pensará ¿por que yo no?
Por que yo no puedo optar por una chica de pelo negro, negro teñido, claroscuro, bote, de abrigos a la moda y pestañas que podrían levantar en vuelo una bolsa del supermercado que gira en el aire sin parar, dando vueltas, suave, tranquila... os preguntareis. Porque U FAIL. No estáis hechos para eso, ni tu ni nadie. Solo el descerebrado de turno. No conozco a nadie que merezca mi respeto (esto lo digo aunque os joda y os duela) que esté con lo que se merece.
Una piruleta, un flexo, un rollo de papel, frenadol y por último un reloj.