lunes, 25 de mayo de 2009
Capítulo uno
Las nubes de contornos violetas se arremolinaban en torno a escarpadas montañas de dura dolomía que vistas por una golondrina eran como islas dispersas en un cielo tan azul que parecía artificial. Las nubes remoloneaban eremitas buscando una cumbre que intentar abrazar mientras un herrumbroso campesino veía como avanzaba al galope entre arrozales un joven de nombre Verano cruzando el valle de Kintani. Enmarcado en este grabado colgaba del techo un gran sol de cartón naranja, amarillo y rojo.
Cabalgaba un trotón de oscura pelambrera negra, la espuma empezaba ya a aparecer en la boca de la bestia pero no tenía tiempo que perder ya que solo llegar tarde era motivo de vergüenza. Vestía una polvorienta armadura de bambú y acero. Sus armas repiqueteaban contra la silla de montar. ¿Quién es ese samurai que desafía al viento? -se preguntaban los destripaterrones del lugar al verlo pasar.
Un pequeño riachuelo de aguas saltarinas atravesaba una aldea de casas de pino y papel. Al fondo un castillo se levantaba en lo alto de una colina dentada gobernando todo el valle. Banderas de grullas, leones y dragones ondeaban mientras el sol descendía sujeto con hilos de pescar para ascender al otro lado del mundo.
-¿Quién anda ahí?- Preguntó un guardia embozado en una tosca armadura.
-Soy Natsu he sido invitado al festival de Bon, aquí traigo la acreditación.
El portón gruñió como un oso hambriento al abrirse y los gonces de la puerta chirriaron con histeria mientras iba retorciéndose. Natsu cruzó el umbral sin saludar a la guardia del castillo. Desmontó con furia del caballo y lanzó las riendas a un muchacho con cara de subnormal. Al otro lado del patio la celebración había comenzado. Farolillos de todos los colores bailaban haciendo que las sombras se alargaran, se duplicaran y en ocasiones desaparecieran. Un hombre, ya entrecano, se levantó del asiento. Un kimono azul y blanco sin florituras cubría su arrugado pellejo y las luces de los farolillos en sus ojos se reflejaban como ascuas. Era Tsume Retsu, dueño y señor del castillo. Un grito de reproche sale de sus labios hacia el que es su hijo, un delicado señorito llamado Takashi, obviamente se trata de último estallido de un desacuerdo que Natsu desconoce. El delicado heredero del castillo se levanta y se marcha mientras su viejo padre convierte las canas blancas en trasnparentes.
-¿Cuando comienza la acción en este relato? -preguntó una de las sonrientes bocas.
-A la mañana siguiente -respondió el moribundo.
-Prosigue pues -sentienció el demonio.
A la mañana siguiente unos gritos de dolor y miedo fingidos hicieron eco en el valle. Natsu salió de su habitación con el daisho en la mano. Los sirvientes del castillo corrían temerosos mientras los guardas cerraban las puertas. La noticia llegó a sus oídos: Retsu, el daimyo del castillo, había muerto asesinado en sus aposentos.
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viernes, 22 de mayo de 2009
El Guerrero Tuerto
Un parche negro, ya blanco por el paso del tiempo, cubría su ojo diestro. Vestía ropas marchitas de mil otoños y un sombrero de paja proyectaba una sombra que le cubría el rostro. Iba descalzo por una penitencia que no recuerda porqué empezó. Una espada le colgaba del obi. Era un perro sin honor.
Erraba de pueblo en pueblo vendiendo su hoja, no al mejor postor, al primer postor. Vivía en la indigencia y mataba por un puñado de arroz. No tenía valor para quitarse la vida, así que se la quitaba a los demás. Cojeaba de una pierna y le faltaba un pezón. Una cicatriz de seis puntas le cruzaba la espalda. Comerciaba muerte.
Un día se encontró con un demonio, se llamaba Hagane no Oni, blandía un daisho blanco como la nieve y tres bocas sonreían. Hueso y hierro cubrían sus manos y el odio era solo una parte de su piel.
-He venido a matarte- dijo el ronin.
Una nube azul cubrió la luna sumiendo a los duelistas en una íntima oscuridad. El viento había dejado de soplar pero la hierba alta se mecía como por causa de una brisa.
-Aunque muera volveré a la vida, ya lo sabes, para mi el jigoku es solo una sala de espera.
-Eso no me interesa, he venido a matarte -repitió el ronin- lo que pase después no es asunto mio.
-Luchemos.
De un solo golpe el ronin fue vencido. Un negro corte cruzaba su torso. Retorcido de dolor el vagabundo sujetaba sus tripas con los antebrazos ensangrentados intentando volver a meterlas dentro, pero no podía.
-Siendo tan débil no entiendo porqué me has desafiado.
-Porque si te hubiera vencido hubiera vencido a mis demonios.
-Hubieran vuelto.
-Eso me daba igual, había venido a matarlos, lo que pasara después me traía sin cuidado.
-Cuentame tu historia, si me diviertes te llevaré al infierno para que luches contra todos tus demonios y los entierres para siempre, uno tras otro.
-Es un buen trato-dijo mientras una negra cucaracha se enredaba en sus intestinos- como todas las historias comienza por una mujer de un rostro tan blanco como la muerte.
-Vosotros mortales siempre con estupideces, pero continua, solo te quedan algunas horas de vida.
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miércoles, 20 de mayo de 2009
Natura
Andando cabizbajo cruzo bajo un cielo nublado plagado de sombras del color del humo. Voy camino a casa después de haber pasado un día tedioso. Monto en el ascensor y aprieto el botón preguntándome si existe el elevador que no tenga espejo.
Sentado en la cama que jamás fue arropada de una manera adecuada dejaba mi mente en blanco hasta que salió de la cama. Caminó por la habitación, mas que caminar rodaba, hasta ponerse al lado de la puerto. Estuvo un rato escuchando, yo la miraba perplejo y feliz, hasta que decidió que no pasaba nada que le interesara.
-No se te ve despierto hoy, estás un poco apático, gris como el techo que te cubre.
-Nuestro techo es rosa.
Mentrung, la pelusa biogro que se convirtió en mi amiga y confesora tras la gran batalla a las puertas del baño, miró hacia el techo. Rosa.
-Es gris daltónico de mierda.
-Lo que digas, no discutiré tus certezas.
-Normalmente, en una situación como esta, te reafirmarías en mi supuesta equivocación, pero no lo haces. ¿Ocurre que estás en esos días del mes?
-Ya te lo he dicho cientos de veces despojo de polvo y fibra, los hombres no tenemos el periodo.
-Lo se. Me refería a que estás en esos días en los que te vuelves mongoloide.
-Si, ¿que pasa?, uno no siempre puede estar al cien por cien, soy como la bóveda sobre nuestras cabezas.
-¿Gris?
-No, cambiante, no todos los días son soleados, hay veces que nieva, que graniza, que moja las calles. Y a veces no se puede preveer, simplemente sucede, sucede que tu estado de ánimo cambia junto con los vientos que traen los negro nubarrones.
-Deja de hablar como un maricón. Por eso perdiste la batalla, te dedicabas a masturbarte en vez de parir un plan de batalla, una genial y brillante oviedad de como vencerme...
-...una aspiradora...
-...si, eso. Una aspiradora. Y no se te ocurrió hasta estar vencido, aun recuerdo como accediste a limpiar la habitación.
-Aun me resulta extraño que la mierda se odie a si misma.
-¿Crees que putas, drogadictos, proxenetas, ludópatas, escritores, miserables, maricones, tahures y demás gente de mala calaña se ama a si misma? Pueden que se amen, pero no de una forma sana y noble, se reafirman en su pecado.
-Eres una pelusa digna de la una Inquisición intelectual.
-Y tu un gilipollas.
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miércoles, 13 de mayo de 2009
Novios y esas cosas
Hace tiempo Klose me dijo algo que ya sabía y que sabemos todos pero que hay que remarcarlo: Las tías son tontas.
¿Porqué el típico mascachapas rapado con menos cerebro que un zombi tiene de novia a la típica actriz porno? ¿Porqué los típicos chicos "malos" que en realidad son unos cretinos y tratan como mierda a las mujeres son vistos como los mas guapos de la clase? ¿Porqué las estrellas de rock, actores de cine y demás gentuza de mala calaña con profesiones típicas de jugadores, exhibicionistas, anticristos, alcohólicos, sodomitas, drogadictos, fetichistas, onanistas, pornógrafos y estafadores son considerados ídolos sexuales?
Porque las tías son tontas.
Por eso, no hay mas vuelta de hoja. No la busquéis que no la hay. La gente de bien que se esfuerza en su día a día por conseguir objetivos sanos y positivos, para hacerse mejor persona, solo recibe patadas en el culo. Tengo un montón de amigos que son mas que buena gente, que se esfuerza en sacarse la carrera, que son simpáticos inteligentes e incluso guapos, y no solo por que se lo diga su tía abuela, y no tienen novia, ni siquiera un proyecto de ella. Pasan, y paso, desapercibidos por la inmensa mayoría. Vienen los jugadores del real mandril al aeropuerto y a las tías se les caen las bragas. Viene a dar un concierto algún quinceañero rubio oxigenado y la histeria de masas las vuelve tan locas que muere gente aplastada bajo el hervidero de hormonas.
Hay que llegar a los treinta, ganar pasta y que las mujeres que antes nos despreciaban ahora nos vean como la mejor opción, usarlas, literalmente hablando, y tirarlas cual papel higiénico con el que uno se limpia el semen.
Nosotros somos reales, de carne y hueso, estamos aquí, ellos no, que lo sepáis. Somos la ira de los despechados.
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lunes, 11 de mayo de 2009
Sordera
El humo escapaba blanco de entre la ceniza de lo que fue tabaco y costo. Conforme iba subiendo ganaba velocidad, hasta que la corriente que ascendía se volvía turbulenta rompiendo en mil direcciones inconexas. Le dio otra calada y el humo recorrió desbocado por cada rincón de sus pulmones para luego escapar por la nariz.
Estaba con otro amigo, sentado en la mesa de madera de tres patas, sin hablar. Bebíamos despacio y nos mirábamos las caras. De vez en cuando alguno bostezaba o miraba el reloj. Los segundos pasaban tan lentos que ironizaban la paradoja de Aquiles y su tortuga.
Cuando pensaba en que debería de ir yéndome a casa apareció una chica, todo empieza con una chica diría mas tarde Víctor, con descaro se sentó en nuestra mesa y tras ella vinieron dos chicas mas.
Eh... ¿hola?
Yo me llamo Laura, y ellas son Cristina y Verónica
Y... no es por indiscreto, ¿pero porqué os sentáis aquí?
Porque no quedan mesas libres
El bar estaba vacío. Víctor me miró de reojo y yo capté el mensaje: Esas zorras querían chuparnos las pollas.
¿Y como os llamáis vosotros?
Yo soy Víctor, el es Jose
Víctor, buen nombre, con ese nombre habrás roto muchos corazones
Menos de los que te imaginas
Comenzamos a beber mas deprisa, los recipientes de cristal, mistela con dos hielos por favor, cubrían toda la mesa para luego desaparecer en una caja de plástico verde. A los pocos minutos la mesa volvía a estar a rebosar... así hasta que la pobreza se adueñó de mis bolsillos.
Vamos a mi casa que tengo bebida
No es por ser desagradecido, pero os acabamos de conocer, no estoy preparado para vomitar en tu baño
No pasa nada, venid, hoy nos hemos propuesto follar con desconocidos
Vamos
Entramos a su casa con un ruido de llaves, la puerta se deslizó sin hacer ruido y la luz se encendió. Una parte de mi esperaba encontrar un salón cubierto de sangre y cuerpos desmembrados esparcidos por el suelo. Cabezas clavadas en los tenedores. Pero no, era un salón normal y corriente y ellas por ahora no eran unas psicópatas que emprendían una cruzada en contra de chicos que se desilusionan poco a poco de la vida tirados en un bar mientras la apatía amarillea sus dientes.
No hablas nada
¿Quién? ¿Yo?
Si, tú, Jose, ¿no?
Si. Tus amigas también hablan poco
No hablan
¿Cómo?
¿Las has escuchado hablar?
No...
Son sordas, y hablan muy raro, les da vergüenza. Tu estarías incómodo si ellas recitaran poesía
Mala suerte
¡Eh! ¡No digas eso!
Es verdad, tienen mala suerte
¿Quieres follar con ellas?
¿Qué clase de personas sois?
Gente directa, no nos andamos con tonterías. El cortejo es para los pavos reales y alguna clase de mandriles
Quiero follar con ella
Cuando Víctor lo dijo enmudecí y Laura estalló en una risotada de mil carcajadas.
Son lesbianas
Y nosotros gays
¿Y quieres acostarte con ellas? ¿Porqué?
Porque siempre he querido penetrar a un minusválido
Y tú Jose, ¿que? ¿Orgía o no?
Yo eh, uhm, eh
Estaba blanco, no por el pánico, si no porque toda la sangre se me había ido a la entrepierna. ¿Qué estaba ocurriendo allí? Víctor había puesto las cartas sobre la mesa, el sabía que ella nos había llevado allí por algo.
Ven aquí
Víctor se acercó a la chica y ella le agarró de los huevos y le susurro al oído, largo de aquí o te los arranco. Un portazo fue nuestro te llamaré. De camino a casa paramos por el horno de los borrachos y compramos algo de comer. Nos sentamos en un banco y mientras me hacía un porro Víctor lo dijo.
Esas zorras querían chuparnos las pollas
Estas loco tío
Es verdad, ¿porqué si no iban a invitarnos a su piso a emborracharnos?
No lo se, ¿porque están locas tal vez?
Si, pero no solo eso. Cuando me ha cogido las pelotas y me ha dicho que me vaya tendría que haberla agarrado del culo y levantarla en peso, darle un beso y arrancarle la blusa con la boca, eso era lo que ella buscaba
Tiene sentido
Claro que tiene sentido, pero somos unos cobardes
Tienes razón, esas zorras querían chuparnos las pollas
domingo, 10 de mayo de 2009
sábado, 9 de mayo de 2009
Retro
¿Es que somos la copia de una copia? ¿Qué nos ha pasado? Ya no creamos nada nuevo, solo sabemos copiar. La gente se ha vuelto tonta.
Que va, la gente es mucho mas lista de lo que tú te crees.
¿Ah si? Porqué.
Es la ley del mínimo esfuerzo, como ingeniero deberías de conocerla a la perfección. Buscamos el estado límite de las cosas.
Comprendo...
Si puedes coger el trabajo de otro, sus horas de sueño y de esfuerzo envueltos en un contexto y una historia y arrancarlo del momento en el que fue para conseguir que la gente lo compre y lo interiorice, si puedes hacer eso, es que eres un tipo listo.
Pero al final se les terminará todo lo que copiar, el mundo avanza a pasos de gigante y lo que hubo un año no sirve al siguiente. ¿Qué harán entonces?
Para entonces el mundo ya se habrá ido a la mierda. Una capa de ceniza lo cubrirá todo y cuando ese día llegue no importará la ropa que lleves puesta. Ni si tu novia tiene las tetas grandes. Solo importará si tienes algo que llevarte a la boca.
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Reflexiones
viernes, 1 de mayo de 2009
No name 001
Hacía una día perfecto, el azul extendía su curva en todas direcciones dejando a lo lejos unas nubes pintadas a brochazos en el cielo. Debajo de su casa unos chavales jugaban en el parque mientras que pequeños grupos de gente tomaban tarrinas de pitufo con menta en la heladería de sombrillas verdes.
Los demás se habían marchado de casa antes de que se despertara. Cuando se despertó subió la persiana y la luz entró a borbotones por la pequeña ventana de su dormitorio. La casa estaba completamente en silencio, solo le llegaba el suave rumor del tráfico y los gritos de la calle.
Se pasó el día en casa, leyendo y viendo musicales. Solo bajó a la calle para comprar tabaco. Mientras terminaba de ver una película el sol se escapaba. Al rato, cuando miró por la venta y vio las luces de la ciudad, se dio cuenta de que estaba a oscuras. El led rojo del televisor brillaba como una luciérnaga sangrante.
Aburrido y mareado se puso a pensar, en lo que haría mañana, en lo que iba a comer, en la limpieza de la casa, que libro empezaría a leer, que haría cuando se aburriera. Ahora estaba aburrido y le dio por pensar en chicas.
Hola, ¿cómo estás?
Bien, he vuelto a casa
Yo me he quedado en el piso, todos se han ido
Ah... claro, por eso me llamas, para pedirme que vaya
La verdad es que no, solo me apetecía hablar contigo
Sabes, no me lo creo
Pues, por mucho que te choque, es cierto
Pues podría ir a verte
Mejor que no, mejor que no vengas
Si no voy te vas a terminar de olvidar de mi
No me he olvidado de ti, por eso te he llamado
Hace mucho tiempo que no me llamas
Solo hace dos semanas que no hablamos
No ves, me estás olvidando. Seguro que tienes una "amiga"
Si, tengo una, pero no viene, ha preferido no venir
Pues vaya, no vas a tener quien te consuele
¿Consuelo? No tengo que ser consolado
¿No? Pues yo que estaba pensando en ir allí para que no estes solito
Si, y saldríamos a caminar por ahí
No
¿No?
Si voy es para no salir de casa
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