jueves, 19 de febrero de 2009
Nunca es como lo cuentan
Estaba desesperado, ansioso. B man no llegaba a casa y todos los demás se habían ido a dormir. Hacía rato que la media noche me había cambiado las agujas del reloj. Unos pocos estaban en la calle bebiendo. Odio el botelleo. Helarme el culo en un parque que huele a meado y a mierda no entra dentro de mis planes de pasármelo bien.
Me levanto y voy a la cocina andando por el pasillo. No encuentro el interruptor. Abro la nevera y la luz me ciega, mis pupilas desaparecen y veo una cerveza, otra mas.
Sentado en sofá con la tele encendida pero sin volumen, viendo una de esas pelis porno de los países del este llena de publicidad y chats donde solo hablan maricones y putas, tomo una extraña decisión. Siempre he vivido un poco en un mundo de sueños, pensando en lo que podría ser y lo bueno que sería, esta noche decidí salir yo solo. Ir a beber yo solo, como un buen borracho. A los vaqueros solitarios le funciona.
Agarré la cazadora y salí a la calle por la puerta de atrás. Todo estaba quieto, incluso el viento. Caminé un rato, no quería ir a un sitio en el que ya hubiera estado. Llevaba 20 euros en el bolsillo y nada de colonia y ni un alma por la calle. Al rato encuentro un bar, había visto otros antes... pero no eran adecuados, yo quería un bar de mierda en el que pusieran mala música y no muy alta. Entro dentro cabizbajo como ausente, para hacerme el interesante, pero en verdad sentía una extraña ansiedad en la garganta.
El bar era, como se dice normalmente, una puta mierda. Sucio, donde solo habían jipis, chuchumecos y algún que otro pobre borracho. Fui a la barra y me senté en un taburete verde oscuro. Mis pies no tocaban el suelo, yo nunca he sido alto. Una camarera, vieja, tan maquillada que daba la impresión de que si le acariciabas la cara alguien podría hacer un molde de yeso de tus huellas dactilares.
-¿Que quieres chico?
-Una cerveza.
-Es un euro.
Al menos no era caro.
Una solitaria cucaracha corría hacia una esquina. Una dura suela la aplastó sin piedad. No se muy bien porque pensé "jodete kafka".
-Ponme otra.
-¿Otra qué?
-Otra cerveza coño.
-Aquí tienes. Pareces ausente chico, ¿no eres un poco joven para beber? ¿Cuantos años tienes?
-¿A usted que mierda le importa?
-Ya te dejo tranquilo chico.
...
-21
-¿Qué?
-Tengo 21 años.
-¿Y que haces aquí en vez de estar intentando joder con alguna pava?
-Ninguna pava se deja.
-Tal vez deberías de ser mas duro. Mas... no se...
-Contundente.
-Si, eso es, nos gusta que nos den caña, ¿sabes? Siendo un pichín no vas a poder meterle mano a ninguna. Somos así, por eso siempre terminamos con algún gilipollas que nos pega y después nos folla.
-Tal vez eso es lo que tendría que hacer -bebo un poco- coger a alguna y cruzarle la cara. Así sabrán quien es el que manda.
-Eso es... ¡no! espera, no, joder -una sincera risotada- no es eso lo que quiero decir, aunque alguna se lo merezca o a alguna le vaya esa mierda de los moratones en la espalda. Chico, hemos visto muchas películas, el chico bueno siempre se lleva a la pava, pero antes el chico malo, el de la chupa de cuero -mira la mía durante un momento- y la moto ha partido por la mitad a esa nena, ya me entiendes.
Realmente no entendía una mierda. La camarera se va a atender a un cliente que ha entrado. Un tipo mas o menos joven, realmente no estaba seguro de la edad que podría tener. Parecía hecho mierda. Le faltaba una parte de la oreja y tenía un feo tatuaje en la muñeca, como esos que se hacen los presos, tal vez algún día el fuera uno. O un marinero gay, quien sabe, tal vez tenga tatuado en la polla amor de madre.
-Me llamo Lucía, pero todo el mundo me llama Luci.
-Yo soy... Rolando.
-Menudo nombre, nunca lo había oído, ¿de donde es?
-Guatemala. Mi abuelo era guatemanteco.
-Menudo abuelo. Tu eres muy rubio, no pareces uno de esos payos ponis -dice mirando de reojo a unos ecuatorianos que están en el fondo mirando los rescoldos de alguna bebida.
-Mi abuelo no era uno de esos indios, creo, pero su padre, o el padre de su padre, no estoy seguro, se fue allí a hacer dinero. No hizo una mierda y yo tengo este nombre.
-Deberías de cambiártelo.
-Si tuvieras un hijo feo, feo de cojones, ¿lo cambiarías?
-No creo. A los hijos feos también hay que quererlos.
-Lo mismo me pasa con mi nombre, no lo he elegido, pero aunque sea feo no lo voy a cambiar. Es mio. No tiene nada que ver con respetar la memoria de los que vinieron antes que yo. No es respeto a mis mayores, nada de eso. A mis viejos les pueden dar. Durante 21 años me he llamado Cuthberto y por mis huevos que no me lo voy a cambiar.
-¿No te llamabas Rolando?
-En verdad me llamo José.
-Te has ganado otra cerveza chico.
-Gracias.
-De gracias nada, es un euro.
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6 comentarios:
Pues hoy no hacía frío.
Buena entrada, hacia tiempo que no escribias algo "decente"...
Me ha gustado mucho, si señor! ahora a intentar ligarse a la camarera.
Ya sabes lo que dicen, las maduritas tienen más experiencia... xD
no se yo... las monjas...
wena entrada ^^ te la has currado
a pesar del "guatemaNteco"
eh, te he visto en otro post criticando a stephen king, aclarate coño.
en realidad me ha gustado
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