Sé Friki

domingo, 5 de agosto de 2007

Introducción

El teléfono móvil vibraba en la mesa. La luz de la pantalla parpadeaba y delante de esa cara sin rostro salía un número desconocido. Pulsó la tecla y se puso el movil en la oreja.

-¿Quién eres?- dice una voz.
-¿Quién eres tú? -Digo él -Tú eres quién has llamado, deberias de presentarte.
-¿Presentarme? ¿No te acuerdas de mi?
-Si, si que me acuerdo... ¿porqué has llamado? La última vez todo salió mal, al final lo mataron y nadie cambió nada.
-Esta vez tengo un plan mejor, uno infalible.
-¿Infalible? Nada es infalible, ni si quiera tú eres infalible.
-Bueno, este plan será todo lo infalible que un plan puede ser.
-Está bien, cuentamelo.

Un hombre bajaba las escaleras a toda prisa. Las paredes de su alrededor estaban sucias, y el suelo, sucio era poco. Las luces parpadeaban a su paso. Una rata peleaba con otra rata.
El hombre se puso el sombrero gris y la bufanda de colores y salió del edificio. Andaba con paso firme y decidido por las mojadas calles del Infierno. Todo el mundo cree que el Infierno es un lugar rojo, incandescente y con demonios que te pinchan con un tridente. Eso no es el Infierno, eso es el decorado de una serie cutre de la tele.

Cruzó una carretera y siguió por la acera. Allí, mujeres de siete vidas vendian sus almas, la parte de su alma aun sin condenar. El hombre pasó de largo, esa noche no tenia tiempo para eso, esa noche tenia que volver a comenzar la guerra.

Todo estaba bien -piensa el hombre de la bufanda de color- todo. ¿Porqué quiere cambiarlo? No puedes hacerlo -grita hacia el cielo- no puedes maldito cabrón, no te dejaré hacerlo.
Todo había comenzado.

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