Sé Friki

miércoles, 15 de abril de 2009

El bando de la huerta 09


Me junté con unos colegas de Don M de su pueblucho y fletamos un carro del carrefour con 110 latas de cerveza. Yo salí de casa a las 12 sin desayunar y con el arma cargada. Hacía un día estupendo, ni una nube en el cielo y todo el mundo vestido de cateto, pero que me maten si no molaba. Las chicas con refajo me vuelven loco, esos labios de rojo tan intenso, esos claveles, esos escotes.

La primera cerveza subió hasta mi cabeza como un torrente de oro y burbujas. La segunda la siguió, y la tercera y todas las demás. Cada vez hacía mas calor y cada vez bebía mas. La gente llegaba y llegaba y la chica con un ancla roja en el pecho y gafas de corazones se volvió lesbiana. Y seguí bebiendo, y bebiendo, y bebiendo.

Anocheció y me fui con unos amigos a un bareto en el que hubieron dos peleas y me perdí las dos. Me contaron que un negro cogió una jarra de cerveza y se la rompió a otro de esos espaldas mojadas en la cabeza. Un charco de sangre se esparcía por debajo de la mesa de billar. Conocí a un tío, ni le pregunté su nombre, y fuimos a por drogas. Nos metimos en un edificio de gitanos, el pápa y la máma tocaban la guitarra junto a la fragoneta. De buena calidad, aunque menos cantidad de la que me tendría que haber pagado. Todo cayó en unas 3 horas.

Me fui a otro bareto, la boca del lobo, allí mantuve una charla con un viejo sobre el problema de la juventud junto con los teléfonos móviles. El pensaba que Hitler no era tan mala gente.

Estaba sonando Fear of the Dark y yo, sentado en un taburete agarraba mi copa con fuerza, intentando pensar con claridad, todos esos estupefacientes me nublaban el juicio. En algún momento tendría que volver a mi casa. Entonces apareció ella, vestida de huertano con el pelo largo y negro, labios rojos como corazones de vaca y con un kalimotxo en la mano, se acercó a la barra, se tropezó y me mojó de púrpura los zaragüeles.

Me dijo que lo sentía. Yo no podía responder, estaba muy pasado, a años luz de allí. Me dijo que cuantos años tenía. Le dije que 21. Ella tenía 30, pero no podía saber si me decía la verdad o no, solo podía ver su escote y tampoco estaba para ponerme a pensar. Me dijo que era muy guapo y yo soy muy vanidoso. Lentamente le di una calada al porro mientras perfilaba con mi mirada su boca de carmín. Me lo quitó de los labios y lo tiró al suelo. Menudo beso, casi me caigo del taburete.

Me llevó a su casa, no vivía lejos de allí, y me hizo esas cosas que solo las chicas de 30 saben hacer. Odié el ir tan quemado. Las drogas no son para todos los momentos. En verdad no te hacen sentirte mas vivo o apreciar la realidad de una forma mas intensa. En el sexo, cuanto menos lleves encima puesto, mejor.

Me fui dando tumbos de vuelta a casa. Borracho y sucio, caminé entre iguales, entre una ciudad sumida en la mierda. Cuando llegué a casa me acosté y dormí como un bebe.

7 comentarios:

Victor BA dijo...

amo furcia

MCN dijo...

Yo me quedé flipado con la pelea, pero muy flipado. La otra que hubo... cuál?¿ Pasó mientras estábamos tumbados en los sofás?¿

Victor BA dijo...

2 tios en revolver pero no se sabe si estaban forcejeando o practicando sexo gay duro, no hubo sangre ni fracturas, una mierda xD
habría dado oro por ver al negro reventar la famosa jarra de cerveza en la cabeza del huertano

MCN dijo...

Se la reventó a otro negro, los huertanos lo flipaban al otro lado. Y creo que fueron dos jarras reventadas. Cuando terminó la pelea, había un negro con un huevo en la frente como una pelota de golf mientras sus amigos le ponían algo ahí, supongo que hielo.

Danono dijo...

Yo oi que la tia de 30 años que dice tramp eran ambos negros.

TheOrphan dijo...

Es como la campaña anti drogadicion que sacaron hace un tiempo: " esto es lo que tu crees que esta pasando..."

Anónimo dijo...

JAJAJAJAJAJ, A ESA MUJER LA CONZCO, JAJAJAJAJAJA.

GATILLAZO WAS HERE.