Solo soy un gordo seboso que no tiene valor para quitarse la vida. Estoy sudando como un cerdo, y, oh, mira, cada vez estoy mas calvo, mi enorme culo no cabe en la silla. Debería de ir al gimnasio, perder peso, ponerme a dieta, ganar confianza en mi mismo. No soy capaz de articular palabra delante de una mujer, no valgo nada. Solo soy un saco, un cúmulo, un acervo de
inseguridades,
tejido adiposo y odio a mi mismo. Me odio. Me odio. Y a la vez me aferro a la vida.
Se giró al espejo y esperó a que la luz se encendiera
definitívamente.
Eres feo, una persona horrible. No haces nada bien. La gente admira de ti cualidades futiles, banales, anales
... Se
ríen de ti a tus espaldas, de tu peso, de tu miserable vida. De mi
boca solo sale veneno. Tengo un bulto en la espalda, sangre en las heces y la tensión alta. Moriré solo y rodeado de mis delirios. Debería de empezar a fumar y a beber para acercar la hora de mi muerte.
¿Cuando perdí la pasión por el mañana? Antes de venir a esta ciudad hacia cosas, evoco los recuerdos con nostalgia. Iba a clase todos los
días, de lunes a viernes seis horas, y por la tarde estudiaba o me iba por ahí. Los fines de semana me ponía ciego en un parque o en un callejón mojado de orín y vino tinto agrio. Descubría el mundo y
descubría los placeres de la vida,
vivía mi momento como mejor podía vivir mi momento, estaba en la cresta de la ola, dispuesto a saltar por los aires. Mas tarde llegué, y poco a poco, deje de ir a clase, dejé de divertirme
poniéndome ciego, deje de hacer cosas. Lucho por levantarme todos los
días de la cama, parece que las dos de la tarde es mi hora de alarma. Termino las noches viendo programas insulsos o películas de las que no me importa el argumento, si salgo es al mismo bar, a la misma mesa a beber lo mismo de siempre, el camarero ni me saluda, me he
mimetizado con el entorno, soy un mueble mas, solo que a veces echa humo.
Andó hasta la cama y se tumbó en ella. Se levantó y agarró y rollo de papel higiénico y se
volvió a tumbar.
Debería de desaparecer, sublimarme, eso sería estupendo. Por lo menos saldría de mi propia cabeza, la sombra onírica de sexo sucio se esfumaría, y mis problemas, muertos todos nos volvemos delgados. Tengo que largarme de aquí, empezar otra vida, tal vez en soledad, pero ya estas solo, pero soledad sin nadie, una soledad sin gente, no esta en la que vivo rodeado de
cucarachas y mujeres guapas.